UNA HORA
Miro el reloj fijamente durante una hora en un trance crónico, cronográfico, cronométrico, cronológico.
Esa hora está pasando en mí, por mí, y por todas las criaturas y objetos del universo.
En esa hora sube la savia de la oscuridad al verde, abofetea el viento sin piedad a las veletas, duerme el niño que puede dormir y llora el que quisiera hacerlo, cruje el hielo gigantesco herido de muerte por un mísero termómetro y se hacen nubes en los cielos.
En esa hora fluyen los vehículos por las mil avenidas de gran ciudad igual que corren los glóbulos por las mías.
En esa hora un leve picor incomoda mi pierna derecha por detrás de la pantorrilla. Se ve que uno de esos glóbulos se fue para un capilar y al no verle salida, se revolvió enfadado.
En esa hora hay calles vacías en algún lugar del mundo y quién sabe cuántos tipos mirando la luna.
En esa hora se oculta el sol en el lecho de un río, en la copa de un árbol, en el aburrido horizonte de un llano desierto, por las espaldas del mar y en los dientes asimétricos de una arisca cordillera.
En esa hora, que está pasando para mí y para cualquiera, un par de neuronas se encuentran en mi cabeza y dando un chispazo se saludan efusivas, ya que llevaban mucho, mucho tiempo sin verse.
6 comentarios
Furgo -
Un besillo.
Sakkarah -
Un beso.
Furgo -
Un abrazote, maestro.
Dinosaurio -
¡Aaah! es el precio.
Un pedazo de fuerte abrazo.
Furgo -
Mis neuronas son raras de narices. No me dotan de memoria ni de retentiva. Soy el despiste hecho torpe. En cambio de vez en cuando creo que se encuentran por azar dos de ellas, dan el chisporrotazo y de esa casualidad, me viene una idea nueva.
Por lo visto es para lo único que me sirven. Porque lo que es para la vida práctica no mucho, la verdad.
Un besirri.
Anaktub -
Disculpa que ponga en duda lo que dices, pero no creo que en tí las neuronas se golpeen cada tres meses, sé que ellas están en un choqueteo constante.
Me sigues sorprendiendo y tienes de mi parte una gran cuota de admiración.
Un besirri y un abrazorro