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El Furgonauta

OBRA

OBRA

Por las vías del ferrocarril, mirando el punto lejano en que los ojos mienten y cree uno que se tocan.

Eran para el niño que he sido, una formidable y tosca escalera de mano capicúa, o aún mejor, un principio y un final de ida y vuelta a todas partes y a ninguna.

Raíles de trasladar chirridos. Traviesas de árboles que dejaron de serlo para volverse teclas de gigante xilofón. Madera tiznada de moreno por la panza del tren y la inclemencia.

Cómo podía ser negra la barriga si nunca le daba el sol. Las lagartijas la tienen blanca por eso mismo.

Creía el niño cosas raras en ese entonces, cuando siendo el prólogo de un yo, se parecía a mí tirando a poco.  

Nubarrón de viejo agosto, poderoso, bíblico de la mala biblia, de la de hecatombe y susto.

Le tiraba no sé quién cohetes para ahuyentarlo. Poca puntería se habría de tener para no darle.

Y muchas veces, al rato, una contraofensiva de granizo ametrallaba el pueblo convirtiendo los geranios en confeti y esculpiendo en los capós moldes de huevera.

Un trailer de cinemascope nos desvelaba secuencias en adelanto: El fin del mundo está cerca, arrepentíos, hermanos. 

Chupando el río y el barro de las lombrices a través del palo de regaliz, fumaba hollywood en la cara de los críos. Bogarts de mediopelo.

Por esas cositas de la lengua, las papilas, entraban las fuerzas telúricas, el gusto primitivo y tenaz de la madre tierra, un sabor largo, imperativo y excluyente.

Pensaba el niño que él era capaz de transformar las cosas, el junco en flecha, la bata en capa, el pañuelo en antifaz. Aquel niño que acabaría siendo con los años este yo que hoy soy.

Nada está en mi mano, ahora lo sé. Eran los aconteceres, las casualidades y las suertes; era la vida misma la que poco a poco me iba obrando.

Es la vida la que todavía me redacta.

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6 comentarios

Furgo -

Me alegra que te haya gustado y me alegran tus visitas.
En cuanto a las cenefas agradezco tu condescendencia.
No tienen perdón, je je.
Voy a intentar hacer algo con más fundamento, pero lo que pasa es que dispongo de poco tiempo y las hago al tuntún con el único objeto de que no se vea sólo letra en la paginilla.
Venga, a ver si me afino un poco más en la próxima entrega.
Un efusivo saludazo, Gea.

Gea -

Después de unos días de "abandono" bloguero, es reconfortante pasarme por aquí y leer lo que he leído.

Me ha encantado esa mirada atrás, esa "obra vista" -y no la del ladrillo-, que ha conformado la obra de hoy; la que nunca llega a acabarse del todo, puesto que se va construyendo según nuestro devenir.

Hay imágenes en el texto preciosas, así como tu gusto por los juegos de palabras.

Me ha encantado, por ejemplo, ese "xilofón" gigante. Lo he visto, lo he visto... créeme.

Un placer, Furgo.
Gea.

P.D.: Veo que progresas adecuadamente en el tema de las cenefas (jajaja).
Un abrazo.

Furgo -

Yo me lo paso bien de vez en cuando echando vistazos a esas etapas que quedan ya tan lejos y viendo desde la perspectiva actual lo que fui.
Es como observar a las diferentes personas que hemos ido siendo a lo largo de la vida, y ver que de ese cóctel proviene la que hoy somos.
Un beso, Mela.

Mela -

Casi se te ve siguiendo las traviesas. ¿Dónde estarán los niños que fuimos alguna vez?

A ratos pienso que casi mejor que no nos vean ahora...

Me ha encantado el recuerdo. Beso, Furgo.

Furgo -

Tú, que me ves con buenos ojos, socia.
Eres un encanto.
Un beso y gracias.

Sakkarah -

Yo diría, nada está por completo en tu mano; pero hay una parte que sí depende de nosotros, pequeña quizá.

Cuanta poesía tiene este escrito...Me ha encantado, sobre todo, lo de transformar las cosas. Sigue transformando, que tus manos crean belleza, artista.

Un beso.