UN PUNTO DE VISTA
Los fenómenos de solidaridad entre personas, se han tenido siempre que manifestar a través del puro altruismo, por bondad, o para defenderse de un peligro, ya fuera un invasor, un opresor, o las propias fuerzas de la naturaleza.
Ahora ha aparecido algo nuevo que ha fomentado como nunca antes, una suerte de solidaridad carente de base emocional, pero que es tal vez la mayor que ha dado la Historia.
Las nuevas tecnologías han posibilitado algo que jamás se había producido antes: Una muestra de egoísmo solidario ilimitado.
No creo que hubiese mucha gente hace 20 o 25 años que sospechase lo que llegaría a ser la mayor muestra de generosidad que ha visto el mundo. Me refiero a internet y a su libre circulación de archivos.
Música, películas, programas, juegos, documentos, etc.
Cientos de miles de individuos que no saben si tienen algo en común, que no saben si se caerían bien o se odiarían, que no se conocen personalmente ni lo necesitan, que no sienten absolutamente nada unos por otros, y que ni siquiera se importan lo más mínimo, se regalan archivos.
¡Bienvenidos a la era del MEGATRUEQUE.!
El principio de este fenómeno es de una lógica aplastante: Para que a mí me vaya bien, les ha de ir bien a los otros. Esta es la novedad del asunto.
Yo ofrezco gratuitamente lo que tengo, y los demás hacen lo mismo. Especies por especies, sin lucro ni afán de enriquecimiento.
Lo mío es de todos, y lo de todos es mío. Todo es de todos.
Esta modalidad de egoísmo no puede sostenerse sino en la solidaridad. De ningún otro modo sería posible. No hay alternativa. Para que me regalen debo regalar.
Un señor de Nueva Zelanda ha sido tan generoso, que me ha obsequiado con una canción de Robbie Williams, que a su vez le había dado otro señor de Bruselas, y que le había sido entregada por un chico de Buenos Aires.
Y yo, claro, tengo que exponer franca mi bandeja de productos para que cualquiera de ellos pueda tomar lo que apetezca.
Hace años esto se daba sólo en petit comité. Uno le grababa el último de Lou Reed en una cinta a cuatro amigos íntimos y a un par de compañeros de trabajo, o le prestaba los libros que había comprado a la gente de su círculo.
Ahora esto se hace con cientos de miles de personas, con tantas como libremente deseen entrar en la dinámica.
Es el egoísmo benefactor. La suma de egoísmos más increíble jamás vista.
El azar ha querido que unos intereses absolutamente autistas beneficien al conjunto, a un conjunto de egoístas infinito. Estamos presenciando una solidaridad global entre distintos, sin exclusión de razas, credos, colores, ideologías, sexualidades o niveles sociales, porque aquí no interesa a nadie distinguir.
Y yo personalmente asisto a ello divertido.
10 comentarios
Furgo -
Un abrazorro.
Dinosaurio -
Un abrazo fuerte, tron.
Furgo -
Un abrazo, Espartaco.
Espartaco -
Furgo -
Un abrazote, maestro.
Dinosaurio -
Un abrazo.
Furgo -
"Echar un cable a alguien", uno que está tirado en la carretera, una anciana que se cae, un crío que llora, es otro tipo de solidaridad. Enraiza más bien en la empatía, y por tanto contiene cierto grado de altruismo.
Y luego está la solidaridad caritativa,Mela, la de hacer donativos a gentes necesitadas, vía ONGs, o vía organismos oficiales, que eso ya merece un artículo socio-filosófico muy al detalle.
El próximo que escriba irá de eso pues, ya me he calentado, je je.
Un besillo.
Mela -
Beso.
Furgo -
A mí me parece estupendo el intercambio de archivos. No hace daño a nadie. La Sony o la Warner siguen siendo más ricos que todos los internautas que piratean.
Un besillo.
Sakkarah -
Por supuesto también se da lo que tu cuentas.
Un beso.